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Juan de Dios Varela
"Excuse my accent... Images are my
First Language"
"Quizá la mayor herencia que nos dejaron los grabadores Manilla y Posada sean "”Las Calaveras” y el pensamiento del mexicano de no temer a la muerte sino a la angustia de vivir"
Jesús Martínez (Historia del grabado II)

En México, el siglo XIX se caracterizó por su intensa acvidad políca y bélica.
Vicente Guerrero (1), Antonio López de Santana (2), Benito Juárez (3) y Porfirio Díaz (4) son algunos de los protagonistas de un siglo decambios dramácos que dieron nueva forma al territorio mexicano.
Durante esta época el campo del arte se redujo a serviles imitaciones de escuelas extranjeras, especialmente europeas. Laclase burguesa huía de la realidad e ignoraba al pueblo.
La vida diaria, el indígena y la t r a d i c i ó n p r o p i a n o e r a n t e mas y fundamentos dignos del arte.
Fué también durante la primera mitad del
siglo XIX que se llevó a cabo la consolidaciónde varias academias cienficas que buscaron medios de divulgación orientados a crear una conciencia nacional.
Muchas imprentas florecieron en la Ciudadde México para sasfacer la demanda de publicaciones.
Fué en este siglo y en la imprenta de Don
Antonio Vanegas Arroyo (5)*, donde dos de los mas grandes grabadores que ha dadoMéxico: Manuel Manilla (6)* y José
Guadalupe Posada (7) desarrollaron su
trabajo mas prolífero: "Las Calaveras", una importante aportación que ambos hicieron al arte del blanco y negro en Mexico.
Manuel Manilla fué dibujante y grabador
antes que Posada. Su obra fué diversa,
populachera y sustanciosa basada en la
práctica del grabado tradicional.
Fué Manilla uno de los primeros que retrató a los muertos de manera festiva con resultados estupendos que serían desarrollados porteriormente por Posada.
Manilla se guió por impulsos e intuiciones para lograr la expresión original de la
vida codiana en la Ciudad de México a través de imagenes que jugaban un
papel primordial dentro de una población en la cual sólo el 55% sabía leer y
escribir.
Posada dió connuidad a ese es lo que gozaba del favor del público. A diferencia
de Manilla, que era ingenuo para resolver los problemas anatómicos en sus
dibujos, Posada dominaba con facillidad como por un don innato, los secretos
del dibujo, la anatoméa y la perspecva.
Su trabajo mostró aires de renovación, basado en sus estudios en la Academia
de San Carlos, al apaciguado ambiente arsco del México del siglo XIX. El
conocimiento que tenía de la cultura políca y los fenómenos sociales se
reflejaba en la fuerza y poder que concedía a sus dibujos del ser humano.