El arte es el gran padrote de la puta expresión humana.

 

Y por supuesto que prefiere moverse en los burdeles de lujo, donde la ignorancia entra y sale vestida al desnudo,

con trajes de telas invisibles.

 

Pero tambien atiende a los burdeles populares, ahi el mismísimo arte manda a sus putas baratas, las que

molestan con expresiones llenas de contenido mundano,

con mensajes fácilmente comprensibles a los que en verdad escuchan, a los que necesitan aprender a escuchar y a los que necesitan ser escuchados.

 

Es en estos dos tipos de burdeles en donde el arte mueve a sus suripantas, unas totalmente deformes, amputadas en el concepto, tristes y de mensaje difícil a  ojos sencillos,

otras llenas de color, nos narran su alrededor en un language coloquial mezclado de tristesas, alegrías y esperanza,

con un mensaje eternamente vivo.

 

Es en estos dos tipos de burdeles en donde el arte cumple su misión aparentemente innecesaria, pero imprescindible en nuestra precaria visión de la vida diaria.